El año que viene será mi décimo año en cripto. He vivido carreras de máxima euforia. He sobrevivido a los peores cisnes negros. He tenido 100 victorias y con la misma frecuencia me han estafado, me han manipulado, hackeado y liquidado. Después de una década así, puedo decir con confianza que lo he visto todo y sé exactamente hacia dónde va esta industria. Y no, no me voy. Ni de lejos. Mientras otros sienten que están al límite, yo insisto aún más. Brindemos por otra década de volatilidad, innovación y potencial asimétrico al alza. Los mejores capítulos aún están por venir, y estaré ahí en cada uno de ellos.