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Los sistemas generativos de Harm van den Dorpel han sido durante mucho tiempo sinónimos de lo que él retroactivamente ahora llama "máquinas de meditación". Su trabajo itera, muta y evoluciona con el tiempo, a menudo en un proceso de desarrollo lento y recursivo donde la repetición fomenta la concentración y la introspección, reflejando estados meditativos.
Se establecen reglas, luego se observan y se ajustan suavemente. Esto se puede ver en proyectos como Death Imitates Language (2016), donde las salidas evolucionan con el tiempo basándose en un algoritmo genético que refleja la evolución biológica. Los genomas, o reglas, que dictan el comportamiento de cada pieza no son fijos, sino que están influenciados por la interacción del usuario y ajustes sutiles realizados a los parámetros subyacentes. Harm se describió más como un jardinero que como un diseñador aquí: establece condiciones iniciales, luego se aparta para observar y solo interviene cuando es necesario.
De manera similar en Mutant Garden Seeder (2021, Art Blocks), cada obra de arte se siembra a partir de un hash de transacción único y expresa visualmente el desarrollo generativo dentro de un marco fijo. El algoritmo fue diseñado para dejar que el azar guíe la estética. Van den Dorpel ha hablado sobre cómo algunas salidas de MGS "se comportaron mal" de maneras que aprendió a apreciar, ajustando el código no para eliminarlas, sino para permitir que coexistan.
Ha creado numerosas piezas de software ambiental diseñadas para funcionar indefinidamente y cambiar sutilmente con el tiempo, enfatizando la evolución silenciosa. Quantizer continúa esta línea: aquí el cambio es constante y suave, con ciclos de 12 segundos dictados por la blockchain de Ethereum y el dithering utilizado para asegurar la coherencia visual durante las transiciones entre los diferentes estados de bloque.
Hay una calma, una consistencia rítmica en su movimiento. Las formas regresan, las paletas se repiten, los patrones resuenan. Lo que emerge es una negociación entre el caos y el control, el azar y el código. Aquí radica la fortaleza de van den Dorpel en construir sistemas donde la inestabilidad misma se vuelve hermosa, legible y meditativa.
Quantizer
Por @harmvddorpel
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