John Bolton es un conservador de línea dura. Fue uno de los evangelistas clave para la invasión de Irak. Básicamente, ha pedido que se desmantele la ONU. Ha pedido abiertamente un cambio de régimen en numerosos países. Ha sido acusado de manipular pruebas para respaldar sus puntos de vista ultra agresivos. Básicamente era lo más cercano que tenía la política estadounidense a la abrasividad de Trump muchos años antes de que Trump entrara en escena. Es por eso que Trump lo contrató como asesor de seguridad nacional durante 17 meses durante su primer mandato. Mantenerlo en ese papel debería haber sido fácil. Sobre el papel, Trump era el sueño de Bolton para el poder ejecutivo, y Bolton era ideal para llevar a cabo la visión declarada de Trump. Pero Trump era tan incompetente y Bolton estaba tan repulsivo por la incompetencia de Trump y Trump estaba tan resentido por la percepción de que Bolton era más duro que él que los dos se enfrentaron repetidamente y Bolton finalmente se fue. Bolton luego escribió unas mordaces memorias sobre su tiempo como asesor de seguridad nacional de Trump que dejaron al descubierto la incompetencia de Trump en política exterior y seguridad nacional. Hoy, el FBI registró la casa y la oficina de Bolton bajo la absurda sospecha de mal manejo de documentos clasificados, pero en realidad es porque Bolton escribió esas mordaces memorias. Si Trump está dispuesto a hacer algo tan descarado contra alguien como Bolton, imagínese lo que está dispuesto a hacer contra cualquier otra persona.