Los pumas han comenzado a cazar pingüinos. En el Parque Nacional Monte León de Argentina, los pumas han comenzado a apuntar a una presa poco convencional: los pingüinos de Magallanes. Si bien la caza en sí es notable, la verdadera sorpresa radica en su profundo impacto en el estilo de vida típicamente solitario de los grandes felinos. Los pumas (Puma concolor) son conocidos por sus tendencias solitarias: mantienen vastos territorios, evitan a sus congéneres y compiten agresivamente por los recursos. Sin embargo, después de descubrir restos de pingüinos en las heces de puma, los investigadores lanzaron una investigación más profunda. Desde 2019 hasta 2023, los científicos equiparon a 14 pumas con collares GPS y desplegaron trampas de cámara. De estos, nueve se especializaron en la depredación de pingüinos. Estos individuos redujeron sus rangos de hogar estacionales durante el período de cría de las aves y los expandieron cuando los pingüinos se dirigieron al mar. Lo más sorprendente es que los cazadores de pingüinos solían superponerse en sus territorios, con datos que muestran 254 encuentros cercanos entre ellos, en comparación con solo cuatro entre los cinco que no comían pingüinos. Este cambio probablemente se deba a la abundancia de presas: alrededor de 40,000 parejas reproductoras concentradas en apenas 1.2 millas (2 km) de costa. Cuando los recursos están tan concentrados y son abundantes, incluso los depredadores ferozmente territoriales pueden tolerar la proximidad sin una intensa rivalidad. Como resultado, el parque ahora soporta una densidad de pumas más del doble de la más alta registrada anteriormente en Argentina. ["Un subsidio marino reconfigura la ecología de un gran carnívoro terrestre." Proceedings of the Royal Society B, 2025]