Cuando Francia y Alemania deciden avanzar juntas, el ritmo de toda Europa cambia. Hoy en Toulon, pondremos ocho piedras angulares para construir el futuro. Adoptaremos 8 documentos estratégicos y lanzaremos más de 20 proyectos clave. Este consejo ministerial franco-alemán no es una reunión ordinaria: marca la conclusión de meses de trabajo conjunto y el comienzo de una nueva dinámica. Industria, descarbonización, tecnología, espacio, investigación cuántica, inteligencia artificial, finanzas y defensa: en todas estas áreas, iniciaremos proyectos concretos y con visión de futuro, con plazos ya establecidos para el próximo mes, para avanzar sin pausa. ¿Por qué es esto crucial? Porque es bueno para nuestros dos países, para nuestras economías, para nuestras empresas, para nuestros investigadores y para nuestros ciudadanos. Y sobre todo, porque Francia y Alemania quieren iniciar conjuntamente una nueva dinámica para Europa: una Europa más competitiva, productiva y soberana. Desde la primavera pasada, nuestros ministros y sus equipos han trabajado incansablemente. Han acercado posiciones y han hecho posible esta convergencia, que podemos observar hoy. No es solo nuestra amistad lo que se reafirma hoy en Toulon. Es un curso europeo que se está abriendo. Por eso este consejo ministerial franco-alemán es un punto de inflexión. Un punto de inflexión que Francia y Alemania han elegido juntas, para sus pueblos y para Europa.