¿Por qué casi todos los pañones llevan este motivo de lágrimas en espiral? La historia abarca continentes y siglos, combinando simbolismo antiguo con innovación industrial. El patrón de cachemira, conocido por su forma curva en forma de lágrima que a menudo recuerda a una hoja, pluma o almendra, tiene sus orígenes en la antigua Persia alrededor del año 200 d.C., como se destaca en el vídeo. Los historiadores sugieren que puede simbolizar una hoja o pluma estilizada, pero indagaciones más profundas revelan interpretaciones más matizadas. En la cultura persa, el motivo—llamado "boteh" (que significa "arbusto" o "arbusto")—se cree que representa un ciprés curvado por el viento, simbolizando la resiliencia y la vida eterna. Otros la relacionan con almendras de la región de Cachemar en Irán o incluso con un mango en tradiciones indias, donde se conoce como "buta". A lo largo de los siglos, el diseño migró a la India, especialmente a Cachemira, donde adornó lujosos chales tejidos a mano durante la era mogol (siglos XV–XIX). Estos chales, elaborados con fina lana de pashmina, presentaban intrincados motivos boteh que simbolizaban fertilidad, vida y prosperidad. La lágrima proviene de la región de Cachemira, en Irán, donde crecen las almendras, y simboliza la almendra porque el tejido la incorporó; más tarde se trasladó a Cachemira, donde ganó popularidad en los shawals. Los orígenes del patrón con teñido en el teñido son evidentes en la palabra sánscrita "bandh" (atar a la boca), que evolucionó a "bandana" y hacía referencia a la intrincada técnica de teñido bandhani utilizada para estos diseños. Para el siglo XVIII, el patrón llegó a Europa a través de rutas comerciales y de la Compañía Británica de las Indias Orientales, que importaba opulentos chales cachemires. Estos se convirtieron en un símbolo de estatus entre la élite, pero su alto coste impulsó la imitación. Entra Paisley, Escocia, un centro textil donde los tejedores comenzaron a producir en masa versiones asequibles utilizando telares Jacquard a principios del siglo XIX. La producción de la ciudad fue tan prolífica que el diseño se convirtió en sinónimo de "Paisley", eclipsando sus raíces orientales. Beavers, en Paisley, Escocia, comenzaron a producir en masa ropa con este patrón. El diseño pasó a conocerse como el patrón Paisley. Esta innovación escocesa democratizó el motivo, extendiéndolo a artículos de moda como vestidos, corbatas y bufandas. Derivaciones del patrón aparecieron a lo largo de antiguas rutas comerciales, desde Turquía hasta Rumanía y más allá, como señaló un comentarista: "Es curioso porque se pueden ver derivaciones de este patrón a lo largo de las rutas comerciales desde Persia." A mediados del siglo XIX, los chales de cachemira eran un fenómeno global, influyendo en todo, desde interiores victorianos hasta estéticas bohemias. El patrón de cachemira cruzó el Atlántico a finales del siglo XIX, coincidiendo con el auge de los pañuelos producidos en masa en América. ...