Todo el mundo te dice que "escuches los datos". Pero en los primeros días, lo más peligroso es perder la convicción en el ruido del consenso. Al consenso le encantan los promedios. Quiere la aprobación del grupo, gráficos, reuniones y "alineación". El consenso es la razón por la que la mayoría de los productos terminan siendo insípidos, llenos de funciones y olvidables. Lo ves en todos los equipos impulsados por paneles que comienzan preguntando: "¿Qué dicen los números?" en lugar de "¿Qué estamos aquí para cambiar?" La convicción es diferente. La convicción es el fundador que mira fijamente una pantalla en blanco, viendo un futuro que nadie más puede trazar en un gráfico. La convicción es la razón por la que sucedió Crazy Egg. No realizamos mil pruebas ni reunimos grupos focales para confirmar los mapas de calor del sitio web que el mundo necesitaba. Sentimos el dolor. Confiamos en el problema porque lo habíamos vivido. El producto temprano es una prueba de nervios, no una prueba de números. Las métricas son útiles, pero no te dan una visión. De hecho, demasiados análisis al principio pueden lijar sus bordes antes de construir algo nítido. En Crazy Egg, cada avance provino de ignorar la respuesta "segura". El producto comenzó como un acto de convicción: ¿Qué pasaría si pudieras ver cada clic, al instante, sin esperar un informe? Los datos no nos dijeron que inventáramos mapas de calor. La necesidad sí. Aquí está el remate: Analytics te ayuda a refinar tus instintos, no a reemplazarlos. El objetivo es estar informado sobre los datos en lugar de basarse en los datos. Si dejas que el consenso diluya tu visión original, tu producto termina encajando en la hoja de cálculo, pero perdiendo el mercado. Así que construye para el dolor real que sientes. Deje que la analítica agudice su intuición, pero nunca la abandone. Los mejores productos nacen de la convicción y sobreviven al negarse a dejar que el consenso escriba la historia.
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